lunes, julio 14, 2014

Me dormí y aparecimos en tu calle, en mi auto. Te miré a los ojos, te abracé y te besé, porque en el sueño aún me querías.

Abrí los ojos y estaba aquí en mi cama, y seguías conmigo y me asusté. De alguna forma rompí las reglas del mundo onírico y te traje conmigo.

Luego desperté y mi cuerpo seguía abrazando tu silueta ahora invisible. Me pregunto si dondequiera que estés lo habrás sentido...