Tal vez, sin saberlo, un día (muy seguramente después del altercado de la lamentable muerte del ratón de tu cocina), al mundo se le ocurrió morirse de una forma sigilosa y repentina, con todo y habitantes y problemas, así al estar todos muertos el ratón y nosotros mismos vivimos (si es que así le podemos llamar a esto), nuestra segunda “vida”, de no se cuantas.
O tal vez, simplemente el ratón nunca murió y lo que por un momento pensaste que eran convulsiones, realmente era una manifestación en contra del menú vegetariano de todos los días.
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Tal vez, sin saberlo, un día (muy seguramente después del altercado de la lamentable muerte del ratón de tu cocina), al mundo se le ocurrió morirse de una forma sigilosa y repentina, con todo y habitantes y problemas, así al estar todos muertos el ratón y nosotros mismos vivimos (si es que así le podemos llamar a esto), nuestra segunda “vida”, de no se cuantas.
O tal vez, simplemente el ratón nunca murió y lo que por un momento pensaste que eran convulsiones, realmente era una manifestación en contra del menú vegetariano de todos los días.
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