Hace un par de años cuando supe de las pulseras con la leyenda LIVESTRONG, me pareció una gran idea y decidí comprar una. Por azares del destino nunca lo hice, el caso es que de repente, las famosas pulseras adquirieron tal popularidad que había mil y un versiones de las mismas para supuestamente apoyar a diversas causas.
Por alguna razón, tomé una postura de total desagrado hacia las mentadas pulseras y decidí que jamás bajo ninguna circunstancia usaría una. El caso es que mi madre hace un par de meses me regaló una pulsera rosa que versaba BELIEVE, y por no ser mala onda, la usé un par de días para luego dejarla olvidada sobre la palanca de cambios de mi unidad automotriz.
Hace poco más de una hora cuando salí a comer, al bajarme del carro noté en uno de mis dedos algo que parecía ser chicle, más yo no acostumbro comer chicle (bueno esa es otra historia). No le tomé demasiada importancia hasta que estuve de regreso en el trabajo y descubro que la maravillosa pulsera se ha transformado en una pasta chiclosa y amorfa.
Maldito calor infernal, bueno, supongo que ahora es tarde para decir que la pulsera no me caía tan mal después de todo.
3 comentarios:
lo mejor es cuando alguien que porta una pulserita contra el cancer fuma fashiosamente con ella.
Que incoherencia no?
PPFFFFFF ... te gustaban las pulseras antes que se convirtio en una moda y de repente porque todo mundo las empezo a usar entonces te empezaron a chocar?? JA-JA-Ja eso es querer ser diferente a huevo en contra de lo que realmente te gusta... eso se llama Poser (pirates de pura pantalla)
Saludos.
¿Cuándo demonios dije que me gustaban las pulseras?
No me gustan.
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