un poco de necesidad escapándose entre los dedos, cómo quien se sienta a esperar a las aves colorearse de abejas para hacerlo sonreir, aunque no esté.
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de quien buscaba llamadas, y recibía moneditas de plástico rayadas, apenas sucias, pero no tiene que dar explicaciones.
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por las canciones que escribía dormido, que anotaba al reverso de envolturas de chocolate olvidadas en los bolsillos, y apenas ahora piensa... y ahora tal vez pueda recordar.
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