¿Qué tan difícil era pronunciar un par de palabras? No lo sé pero algo me quemaba por dentro, no podía respirar. Sentía que si no lo decía iba a explotar.
No obstante, no lo dije y no exploté. Detuve esas palabras con un comentario incidental.
Pasaron las horas, se acabó el día y seguí ahí sin saber como decirlo.
Luego me di cuenta que era mejor no haberlo dicho.
2 comentarios:
Mmm, acabo de recordar que me han pasado esta clase de sucesos dos veces, la primera afortunadamente no lo dije, la segunda, es debatible.
Insisto, en ambos casos, que bueno que no lo dije :)
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