¿Puedes guardar un secreto?

(Post que la mayoría no entiende, leerse con atención para evitar confusión, que no volveré a redactarlo)

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Yo no soy buena para guardar secretos, de hecho, me atrevería a decir que soy una precaria guardadora de secretos. Mi problema nunca ha sido el ser chismosa, o que las palabras se me escapen sorpresivamente de la boca, sin embargo no puedo guardar un secreto.

Amigo x - ¿Te digo una cosa y no se la dices a nadie?

marisole - Dime.
Amigo x - Pues fíjate que blah blah blah... Pero que nadie sepa.

Y el punto es que eso de no decirle a nadie, se me complica, no porque corra a contárselo a alguien mas, sino porque eso de que nadie sepa tiende a incluirme a mí. Sí, es absurdo y tonto, no guardo los secretos, porque se me olvidan.

Entonces al año, al mes, e incluso a la semana llegan, y al decirme, ¿te acuerdas de lo que te conté y te pedí no le dijeras a nadie?, probablemente diré sí, pero posiblemente no tendré idea de lo que me están hablando, recordaré que tuvimos una plática, el lugar en el que estábamos sentados, incluso la ropa que usabamos, tal vez todo menos el secreto. De manera amable, seguramente, esperaré que con lo siguente que digan pueda armar el rompecabezas y seguir el hilo.

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No es que no me importa lo que mis amigos me cuenten, ni que lo tome a la ligera, agradezco que me consideren alguien en quien pueden confiar. Soy buena para capturar momentos, vivimos de los momentos. Sin embargo la palabra secreto tiene ese peculiar y mágico efecto auto-destructivo en mí.

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Bueno, ahora que lo saben, no me cuenten sus secretos, porque no puedo guardarlos.