La frase de la semana

Ayer, un padre a un hijo, cuando el jovencito de unos 16 años, tras hojear algunos libros, pensaba retirarse de librería sin efectuar una compra:

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Mijo, ir a la librería y no comprar un libro,

es como ir al prostíbulo y no entrar a un cuarto

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Y aunque se aprecia mucho el hecho de que el señor apoye tan hermosa actividad (la de la lectura, no la de las putas), tampoco uno va a andar agarrando a la primera que le pongan enfrente (ni obra literaria ni puta).

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Finalmente, yo salí de la librería como una calienta boilers, con las manos vacías; mientras que el chico, fue obligado por su padre a cumplir como todo un hombrecito y llevarse a casa uno de los ejemplares que había estado manoseando.