Ready to marry

Si hubiera nacido en San Nicolás, a los doce ya hubiera estado lista para el casorio. Por aquello de que se necesitaban señoritas que supieran coser, bordar y abrir la puerta para ir a jugar. Pero ni modo, aunque me guste el arroz con leche, la posibilidad de un matrimonio queda postergada unos diez años (he dicho lo mismo desde hace ocho).

El punto es que no conforme con ser una niña que prefería la tarea y la lectura a los amigos, además salí rebuena para las habilidades manuales (sin albur). No se que tan común sea, pero dudo que haya muchas niñas que disfruten las tardes bordando y tejiendo.
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El caso es que la navidad pasada, decidí revivir mis habilidades y reenfocarlas en algo más productivo que cojines y mantillitas gachas. Así es que rastreando las reserva de material, que por suerte decidí no desechar, surgió uno de los regalos de navidad para el novio en turno :P

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Novios de fieltro, premio a quien adiviene quienes son, naaah

Picture by Telepedro

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Hace unas semanas, Pedro me pasó un link de una tipa que se dedica de lleno a la onda del Plush. He seguido investigando y vaya que es un verdadero arte (y negocio), tienen que checar sus sitios, no tienen idea del montón de cosas que se les ocurren, lo que hacen estas chicas es impresionante. .

♥ Heidi Kenney

♥ Jenny Harada

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En lo que va del año he seguido esporádicamente haciendo algunas cosas, aunque me falta experimentar con otros materiales y sobre todo ser menos autocrítica y obsesiva. Estos son mis favoritos:

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Chonchita y el País de las Maravillas

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Claro que alguien no se podía quedar atrás y tuvo que entrarle también a los piquetes de aguja.

Sobradito y Huevito, rogando porque termine su fea existencia

Naah a veces también le salen cosas bonitas.

Pan Multigrano

Picture by Telepedro

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Y ésta es mi versión, que por cierto, desapareció misteriosamente. Si usted la ha visto, favor de reportarla a su estación de policía más cercana.

Pan mohoso

Picture by Telepedro

Bueno, suficiente de ñoñadas, a menos claro, que decida volverme empresaria. Y tarde como siempre, felicidades a mi blog en su tercer cumpleaños y muchas gracias a todos ustedes. Cheers!

El mejor regalo de un novio a una novia

El mejor regalo de un novio a una novia no es joyería y accesorios de lujo.
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Tampoco un bonito hijito de algodón.
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El mejor regalo que un novio puede hacerle a una novia, es una barra de pan de tapioca.
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Claro, cuando la novia es alérgica al trigo y lleva meses sin probar un bocado de pan.

te amo

Vale que tengas tiempo para soñar

Cuando ves a Ely Guerra, comprendes por qué existe tanta gente carente de talento, y de tener suerte, apenas con una ínfima expresión de estética en su apariencia, si esta mujer acaparó TODO en el reparto de belleza y sensualidad.

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Que capacidad de hacer conexión con ojos cerrados y transmitir el universo entre un par de alientos. Me uno al club de los que no encontraron palabras suficientes para describirlo, y yo que creí que ya no iba a poder sorprenderme. Qué mujer, qué mujer...

Sofía y Gretel eran pequeñas, muy pequeñas. Todavía vivían juntas dentro de una cuna de madera clara en el cuarto de sus padres. Una noche, ellos se fueron y jamás regresaron.

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Sofía y Gretel dormían profundamente, apenas y se dieron cuenta de su partida. Para cuando despertaron ya eran mayores y no tenían recuerdos de las cosas que habían ocurrido en sus vidas antes de esa noche.

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La casa de Sofía y Gretel era grande muy grande, con enormes paredes de roble oscuro, brillantes pisos de pino y cortinas de seda tan azules que parecían cascadas de agua fresca resbalando por aquí y por allá.

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La primera mañana la recorrieron toda, de punta a punta, poco después de un buen desayuno. Apenas y tuvieron la oportunidad detenerse unos minutos en cada una de las habitaciones, para empaparse de la decoración y aspirar el aroma natural de cada pieza.

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Todo parecía tan familiar, tan sencillo, tan suyo, tan libre de peligro que no sintieron miedo, a pesar del silencio que se extendía, brevemente interrumpido por el crujido que causaban sus jóvenes piecitos al explorar con creciente curiosidad las posibilidades que los variados escenarios se atrevían a ofrecerles.

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Sofía y Gretel se levantan temprano, comen pan con mermelada de frambuesa y beben leche de guayaba. Se sientan junto a la ventana y cierran fuerte los ojos para imaginar la brisa. Pasan horas sentadas, mirándose con sus ojos cafés. No entienden nada, pero a veces son felices.